Una Politica de Salud para Estado de Michoacan







Por: Camerino Moreno Salinas y Teresa M.G. Da Cunha Lopes

Pensamos que el principal reto del próximo ejecutivo estatal es el de elevar el nivel y la calidad de vida de los habitantes del Estado Libre y Soberano de Michoacán de Ocampo y que tal no puede ser alcanzado a partir de una visión tecnócrata y estrictamente economicista. Se necesita de una visión de Estado en que el eje rector sea la cohesión social y el elemento más importante para tal pasa por la implementación de políticas reales de protección social y de protección de la salud.

Este esfuerzo debe ser colocado sobre la defensa de los valores y principios constitucionales, implementando las necesarias reformas siempre y cuando el espíritu de las garantías individuales fundamentales de la C.P.E.U.M y de nuestra Magna Carta estatal sea respetado.

Creemos que:

1. que la defensa y salvaguarda incondicional de la dignidad humana;

2. el derecho a la protección de la salud de los mexicanos y de los michoacanos;

3. la solidaridad entre todos los mexicanos y entre todos los michoacanos para garantizar ése derecho;

4. el reconocimiento de la naturaleza social de todas las prestaciones de salud;

5. el respecto por los valores democráticos de la ciudadanía;

son valores esenciales, imprescindibles de cualquier propuesta de reforma del sector Salud, tanto a nivel federal como en el ámbito de competencias del Estado en la materia.

Sentimos que el debate público sobre estas cuestiones es urgente e impostergable, ya que en tiempos de crisis financiera y bajo la presión de la deuda soberana del estado, la tentación de recorte en los programas sociales y, en particular en los programas de salud colocan en riesgo todo el sistema.

Otros principios, también, tendrían que ser respetados y contemplados en el presente debate ciudadano sobre la política de salud que queremos.

Son ellos:

1. La universalidad de cobertura;

2. la justicia

3. La equidad en el acceso y utilización de los cuidados de salud;

4. La sustentabilidad del desarrollo del sistema.

Del respecto e implementación de éstos valores y principios, aislamos dos líneas de acción maestras que colocamos, aquí y hoy, en el centro del debate:

1. Un cambio centrado en el ciudadano,(orientado al ciudadano) en las necesidades de salud de la población y la obtención de reales logros en el sector salud como móvil central de la acción de los servicios de salud;

2. La participación en el proceso de cambio de todos los componentes del Sistema de Salud: federal,a través del Seguro Popular; estatal con las estructuras de la SSM, municipal y social (ONG’s, cooperativas, comunidades indígenas).

Una estrategia estatal para la Salud no debe estar restringida a los Servicios de Prestación de Cuidados en la Salud. Ésta debe presuponer la participación y la convergencia de los diversos sectores sociales y económicos del Estado y de toda la sociedad en el espacio colectivo de la intervención en la Salud.

Por esta razón una especial atención debería recaer en los siguientes puntos:

1. el desarrollo de las estructuras flexibles intersectoriales para la salud y el refuerzo de la participación ciudadana y de la comunidad;

2. los programas y proyectos de cooperación intersectorial, tanto en el ámbito gubernamental como en el ámbito extra- gubernamental.

El País y el Estado tienden a la reproducción de los problemas de salud característicos de las sociedades industrializadas: compresión de la mortalidad ( aliada al aumento de la esperanza de vida ); problemas relacionados con actitudes y comportamientos, y siniestralidad.

Sin embargo, detectamos, también, una superposición de problemas habitualmente asociados con estadios diferentes de desarrollo social, humano y de salud.

Esta compleja realidad nacional, reproducida a nivel estatal, hecha de muchos contrastes y de múltiplos matices contextuales, produce rezagos estructurales, tales cómo:

1. problemas en el acceso y la utilización de los cuidados (sistema aún no centrado en el ciudadano);

2. problemas en la actitud y relaciones interpersonales;

3. problemas de organización y administración de los servicios de salud

Estos problemas, a su vez, crean ineficiencias y desperdicios diversos que ni el Estado ni los ciudadanos tienen la capacidad o la voluntad de costear.

México ha atravesado dificultades en su desarrollo social y económico durante un largo período de tempo. Sin embargo, en los últimos años asistimos a cambios importantes. La riqueza material ha crecido en términos macroeconómicos, pero los índices de desigualdad en la distribución de esa riqueza han permanecido constantes y en algunos casos aumentaron.

También los viejos hábitos y mentalidades han cambiado, aún que de una forma más lenta. La adopción de las innovaciones, en particular tecnológicas, ha sido creciente, sin embargo estamos lejos de lograr una masa crítica y una cobertura total del país. Michoacán no es una excepción.

La tradicional tolerancia para la discrepancia entre las reglas / normas existentes y lo que se hace en la realidad, ha disminuido y se ha intentado crear y diseminar una actitud de responsabilidad y rigor en muchas áreas de la administración pública, en particular de la Salud. Pero, todavía tenemos un largo camino por delante.

Frente a la casi inexistencia de una tradición y de instrumentos para construir consensos basados en la evidencia científica, los comportamientos de conflicto predominan sobre las prácticas de cooperación. Esta situación es frecuentemente reforzada por debates poco informados y por hechos mediáticos descontextualizados, creando un clima negativo al cambio progresivo y ordenado.

En estas circunstancias, la atención al clima social es esencial y debe prevalecer por encima de las preocupaciones económicas.Tal exige un liderazgo simultáneamente abierto, dialogante, flexible e determinado, además de un esfuerzo para mejorar la base informativa tanto para el público, como para los decisores y los actores sociales y políticos del sistema.

Este aspecto puede implicar aciertos de calendario en la toma de decisiones para permitir el flujo de la información y la negociación con los sectores sociales.

Las capacidades de administración necesarias para conducir el proceso de cambio en el sector salud, área de elevada complejidad, son por regla subestimadas. Las expectativas son, por veces irrealistas y los debates poco productivos.

Así, es indispensable poder controlar el ritmo y la magnitud del cambio, tiendo en cuenta los progresos alcanzados en el área de la información, del debate y de la negociación con los principales actores sociales y protagonistas de este proceso.

Estamos hoy en un México diferente del País de hace diez o quince anos atrás. Estamos hoy en un Michoacán diferente del Estado de hace diez o quince años atrás.

Hoy, los retos de la salud exigen un encuadramiento que permita analizar, comprender, comunicar, y promover ideas y acciones, base indispensable para concretizar los acuerdos y las alianzas estratégicas que el cambio requiere. No se compadecen con un conjunto desarticulado de actos de administración y necesitan de una acción concertada al interior de una Estrategia Nacional de Salud y que se reproduzca en una Estrategia Estatal de Salud orientada para logros reales en la salud y centrada en el bienestar del ciudadano.

Las reformas al sector salud no pueden hacerse de forma linear y mecánica. Son siempre fruto de un proceso de cambio bastante complejo en que participa un elevado número de actores, bajo la influencia de diversos factores condicionantes. De estos, el clima y el grado de confianza existente en la sociedad es, tal vez, el factor facilitador más importante.

La realización de una Reforma del Sector Salud exitosa no depende meramente de las decisiones unilaterales de los gobiernos y no puede hacerse al margen de la participación de los principales actores involucrados. O sea, tiene, obligatoriamente que ser conducida e implementada por los profesionales de la Salud y por los michoacanos. Y, lo tienen que ser a partir de políticas públicas que no sean cortadas o eliminadas con cada cambio de ejecutivo.

Los sistemas de salud son construidos a lo largo de décadas y cualquier iniciativa de cambio suscita dudas, cuestionamientos y recelos frente a la incertidumbre futura. Tal produce resistencias y puede obligar a inflexiones tácticas y alteraciones del cronograma de aplicación, afectando la eficiencia de la protección en la salud de los michoacanos.

Dejamos a consideración y debate por el público , los siguientes posibles objetivos:

1. reorientar todo el sector salud para la obtención de conquistas concretas para todos los michoacanos;

2. tornar los servicios de salud más sensibles a los derechos, a las necesidades y a las expectativas de los michoacanos;

3. perfeccionar el financiamiento de la salud, eliminando o reduciendo desigualdades de cobertura, que generan macro-ineficiencia, pérdidas y que son variables que disminuyen la equidad en la salud;

4. mejorar la eficiencia distributiva en la aplicación de los recursos financieros;

5. descentralizar al nivel del Estado las responsabilidades de administración, con vista a aumentar el nivel de exigencia en lo que concierne la eficiencia y la calidad de los cuidados prestados;

6. desarrollar una política de recursos humanos, promoviendo la motivación de los profesionales de la salud a través de la formación y de modalidades de remuneración justas y asociadas a la calidad profesional;

7. mejorar el acceso y la humanización, acercando y personalizando los contactos de los michoacanos con el sistema de salud;

8. garantizar la eficiencia de los servicios y desarrollar la regulación del sistema con coordinación efectiva de sus diversos niveles.

9. Priorizar la Atención Primaria a la Salud

10. fortalecer la cobertura estatal del programa (ya en su fase piloto ) de los nodos de Telemedicina en todas las regiones de Michoacán.

La realización efectiva de los objetivos propuestos será real para el ciudadano en general, para los pacientes, los profesionales de la salud y para los restantes actores sociales. Sus efectos positivos serán visibles en los centros de salud, en los hospitales, en los consultorios, en las escuelas y en las empresas, en los hogares de los michoacanos.

Para tal se deben contemplar tres niveles de intervención que requieren enfoques diversos y acciones concertadas:

(a) el de las macro-políticas;

(b) el nivel intermedio técnico-normativo y de administración;

(c) el de la acción local.

Estas diversas formas y niveles de actuación no se pueden realizar todas al mismo tiempo.

Programar un eficaz y realista cronograma de implementación constituye un de los mayores retos de cualquier reforma del sector de la Salud en el Estado.

Dos aspectos deben merecer una atención muy especial: el acceso a los cuidados de salud y la promoción y protección de la salud.

Estas metas pueden ser promovidas por variadas vías :

1. Garantizando la calidad: inscribiendo en la legislación "un sistema nacional de calidad en la salud”. Los profesionales del Sector Salud y sus organizaciones tendrían aquí un papel primordial.

2. Desarrollando los sistemas de información de la salud, como una prioridad fundamental, en los centros de salud, los hospitales, servicios de salud publica y sistemas locales de salud.

3. Creando mecanismos de evaluación, seguimiento y vigilancia: desarrollo de los ya existentes; creación de nuevos programas (p.ej: programas de vigilancia de las resistencias microbianas a los antibióticos).

4. Implementación de procesos de decisión integrados horizontalmente que garanticen la coordinación necesaria en la prosecución de objetivos comunes a diversos sectores relacionados con el sector salud

5. Fortalecer la formación e investigación: prioridad atribuida a la formación continua de los trabajadores del sector salud, a la formación de los cuadros directivos de los servicios de salud y a la articulación entre sistemas federales y estatales de salud y las instituciones de enseñanza de la Medicina; apoyo a la investigación en las áreas básica, clínica (a iniciar durante los internados), de salud pública, etc.

La salud no puede ser vista como un fin en sí misma. Ella es, sobretodo, un recurso para la Vida.

Sin salud, o con poca salud, difícilmente se disfrutará una vida agradable, productiva y estimulante. Proteger y promover el derecho a la salud de cada ciudadano es una tarea difícil y compleja, pero en que todos los michoacanos tienen que estar involucrados

Se trata de un compromiso colectivo en terreno que a todos interesa.El ciudadano y la sociedad son la razón de existir del sistema de salud. Este es el único paradigma universal de cualquier política de salud exitosa.






i Director de Atención Primaria en la SSM y Coordinador-General del Congreso Internacional de Atención Primaria a la Salud y Políticas Públicas en el Siglo XXI
ii Titular del Área de Ciencias Sociales del CIJUS, Co-Coordinadora del Congreso Internacional de Atención Primaria a la Salud y Políticas Públicas en el Siglo XXI y Colaboradora de Radiar Noticias
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1 comentario:

  1. quiero Felicitarlos por este articulo de suma importancia para todo tipo de
    profeciones y ademas que esta ampliamente documetado entendible sustentado
    principalmete por ustedes Dr y Dra

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