La revuelta de los "12" contra Merkozy

Por: Teresa M.G. Da Cunha Lopes

Finalmente se empieza a diseñar un grupo dentro de la Unión Europea que enuncia un programa concreto de recuperación económica y que puede frenar la locura destructiva que ha significado la translación de las decisiones del ámbito comunitario en la zona euro al eje Paris-Berlin, o mejor a la perversa alianza a que llamamos "Merkozy".

Los jefes de Gobierno de doce países de la UE, han enviado una carta a los principales responsables comunitarios con un programa de ocho puntos concretos para promover el crecimiento económico y luchar contra la crisis desde la Unión Europea.

A la carta -destinada a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso- no se han unido Alemania ni Francia, las dos principales economías de la zona euro y de la UE y que han promovido una política de austeridad y de ajustes para contener el crecimiento del déficit.

Ni tampoco Portugal, lo que no me sorprende (sí me entristece) dada la ineficiencia de Passos Coelho y el sometimiento total del actual ejecutivo portugués a las imposiciones de la Troika. El ejecutivo griego, en particular su Premier Papademus es una imposición de Merkozy, un Gauleiter entronizado en Atenas y, por lo tanto, de este no se puede esperar nada.

La carta conjunta de los "12" fue firmada por el Presidente del Gobierno español Mariano Rajoy junto con el Primer Ministro británico, David Cameron; el Jefe del Gobierno italiano, Mario Monti, y los de Holanda, Estonia, Letonia, Finlandia, Irlanda, República Checa, Eslovaquia, Suecia y Polonia.

Siete de los países firmantes son miembros de la Zona Euro y otros cinco no lo son.Y, claro, no es todavía la mayoría necesaria, dado que la UE es una Europa de los 27.

El documento, que aparece como una clara afirmación de una lectura diversa del contexto de crisis y de las vías para atacarla, afirma que la actual crisis que afronta Europa es, más que una crisis de contabilidad nacional y de la deuda soberana, "una crisis de crecimiento" y, aunque no rechaza la tarea "esencial" de poner en orden las finanzas nacionales, considera "necesario" modernizar la economía, aumentar la competitividad y corregir los desequilibrios macroeconómicos".

Intitulado 'Un plan de crecimiento para Europa', en él los 12 líderes nacionales de España, Italia, Inglaterra, de Holanda, Estonia, Letonia, Finlandia, Irlanda, República Checa, Eslovaquia, Suecia y Polonia afirman: "Debemos restablecer la confianza, entre ciudadanos, empresas y mercados financieros, en la capacidad de Europa para crecer de forma firme y sostenible".

Llaman la atención para el hecho de que Europa se encuentra en un momento "peligroso", ya que el crecimiento se ha "estancado" y el paro está aumentando, lo que hace que los ciudadanos y las empresas afronten "las condiciones más duras" en muchos años.

El programa concreto que proponen para fomentar el crecimiento incluye ocho puntos, entre ellos desarrollar aún más el mercado único de la UE, especialmente en el sector servicios, así como la creación de un auténtico mercado digital europeo para 2015.

En tercer lugar, se pide el establecimiento de un auténtico mercado único de la energía para 2014, al igual que "redoblar el compromiso con la innovación", para lo cual se propone establecer un Área Europea de Investigación.

La carta pide también una "acción decisiva" para abrir los mercados mundiales al libre comercio, reducir el peso de la burocracia europea en las empresas y promover mercados de trabajo eficaces que ofrezcan "oportunidades de empleo" a los jóvenes, las mujeres y las personas de más edad.

Finalmente, se propone poner en marcha un sector de servicios financieros "fuerte, dinámico y competitivo" que apoye a las empresas y los ciudadanos.

Para ello, se indica que "deberían reducirse" las garantías de rescate a las entidades financieras, pues distorsionan el mercado único y afectan el nivel de vida y la calidad de vida, así como las libertades de sus ciudadanos.

Por la primera vez, un grupo de países de la UE -España, Italia, Inglaterra, de Holanda, Estonia, Letonia, Finlandia, Irlanda, República Checa, Eslovaquia, Suecia y Polonia- a través de sus máximos líderes coloca el dedo en la herida y reconoce y afirma que "los bancos, no los ciudadanos, deben ser los responsables de asumir los costes de los riesgos que asumen".

Es un pequeño paso, pero es un paso en el correcto sentido de las opciones que debe tomar Europa y, viene a demostrar que finalmente el sentido común y los principios rectores de los Tratados comunitarios empiezan a diseñar una alternativa al monstruo bicéfalo Merkozy y una opción a las estrategias de destrucción de las democracias europeas.