Normalistas: Una indignacion unanime... Por Erik Aviles #Michoacan

Horacio Erik Avilés Martínez

Una vez más se han decantado los grupos normalistas por el empleo de tácticas de presión inaceptables, que de facto colocan a la sociedad michoacana y a su gobierno estatal en una evidente situación de extorsión. Su demanda pública: 900 curules docentes vitalicias; su verdadero pliego petitorio en las privadas mesas de negociación es auténticamente un misterio.

Con la primitiva valentía que caracteriza al anonimato, desconociendo incluso a la titular de la Secretaría de Educación en el Estado, se han posesionado de autobuses que comunican, trasladan y son medio de vida para la gran mayoría de michoacanos. No bastando con ello, han tomado secuestrados a los choferes de los autobuses, con la evidente intención de obligarlos a realizar trabajos forzados, es decir, a manejar para ellos sin remuneración alguna de por medio. Más aún, se apropian de casetas para obligar a los automovilistas a pagarles cuota a cambio de derecho de peaje. Su argumento: capitalizarse para sufragar sus “necesidades”.

Con una distancia abismal respecto a los estudiantes del CETIS, CBTIS, CONALEP, institutos tecnológicos, universidades e incluso secundarias técnicas, debido a que no saben como ganar el pan con el sudor de su frente, cotidianamente optan por limosnear portando un bote en los cruceros. ¿No les da vergüenza? Ahora, ante las necesidades económicas cada vez más crecientes de su movimiento, determinan robar en las casetas de cobro, asaltar en la carretera, secuestrar y extorsionar a los michoacanos y a su gobierno, mientras presionan para que las becas, los apoyos extraordinarios y las plazas les lleguen sin condicionamiento alguno, premio acorde al desempeño eficaz de sus actividades, que son parte sustancial de su entrenamiento “combativo”. ¿Dónde están los padres de ellos? Si como dicen ser, son hijos de obreros y campesinos, ¿pueden ver a los ojos a su progenitora después de secuestrar, golpear e insultar a un transportista que se gana la vida honradamente? Con todo respeto, si quieren tener dinero, ¡qué trabajen! ¡Si quieren plaza, qué se la ganen trabajando y estudiando!

No obstante lo anterior, todavía se adueñan de los espacios públicos en las avenidas de la capital del estado. La decepción ante este tipo de acciones llevan a preguntas tales como ¿quién les hizo creer que merecen todo lo que piden sin mediar esfuerzo alguno de por medio? ¿Quién no les puso límites y quién no les hizo ver que en esta vida todo cuesta trabajo? ¿Hasta cuándo se logrará poner orden en este tipo de recintos otrora dedicados al saber y que hoy en día se han convertido en una torcida sombra de lo que pretendieron los apóstoles de la escuela rural mexicana? ¿Merecemos los michoacanos tener a secuestradores aprendices de militantes de la CNTE como maestros de nuestros hijos?

El normalismo beligerante recorre vertiginosamente una catastrófica espiral invertida en la que nos obliga a la opinión pública estadios educativos que Dante Alighieri podría perfectamente haber descrito: tráfico de plazas a cambio de bienes y servicios inconfesables, usurpación de funciones, secuestro, paralelismo, perversión axiológica, convirtiéndose en fuerzas básicas de un sindicalismo medrador y de doble discurso, secundado por un largo etcétera.

Es de destacarse que reducir la matrícula de las escuelas normales a las actuales generaciones no les afecta, salvo que lo contemplen como franquicia. Deben revisar las cifras de inscripción y la curva poblacional de la entidad, en donde si aplican la aritmética más elemental se darían cuenta de que no son requeridos 900 profesores de primaria anualmente. El debate debe centrarse sobre la reformulación de los planes de estudio normalistas para formar los maestros que requiere nuestra entidad, no sobre la plaza automática. Por ello, es evidente que hay intereses sectarios detrás de ellos, nombres inconfesables ante la opinión pública, ante la cual deberían de tener el valor civil de acudir a los medios de comunicación para entablar un debate y enunciar sus argumentos, pero hasta ahora han preferido el ignominioso silencio ante la academia, la ciudadanía y medios de comunicación. Lo suyo, es el ciclo protesta/cosecha como medio y como fin en sí mismo. Como todo ciclo, ha llegado a su punto de histéresis.

Mientras tanto, leemos que se ha convocado a participar en una “megamarcha", es decir, marcha de millones. Hasta ahora nunca hemos presenciado una marcha de millones de personas, por lo cual sus convocantes deberían de tener la transparente atención de esclarecer a la opinión pública a qué clase de millones se refieren con el cansino prefijo "mega". También, deben de dar la cara respecto a la suspensión inexplicable y opaca de labores, porque ni siquiera sabemos con certeza cuántos trabajadores de la educación estarán ausentes, por lo quearribaremos a once días de suspensión irregular de las actividades escolares en Michoacán solamente en 2012.Requerimos información concreta del nombre y número de escuelas y maestros que están suspendiendo. La opacidad permite la escalada de impunidad.

Efectivamente, “De Panzazo” se ha quedado corto, porque si por el normalismo sindical fuera, Michoacán no habría podido despegar del trampolín educativo. Basta recordar los argumentos de Francisco García Jacinto, líder sindical regional de la CNTE en Huetamo, que ante el apabullante escenario contenido en el documental y las cifras de la Prueba PISA osó afirmar hace dos semanas ante más de cien personas que "México no forma parte de la OCDE". De ese nivel es el debate que entablan.

En consecuencia de su falta de argumentos, es momento de que a los normalistas, se les enfatice que cuando se cometen delitos, las causas ya no las debe de investigar la sociedad, sino el Ministerio Público. Esperamos que respondan al llamado a un diálogo de altura que realiza el Gobernador, ya que los impactos colaterales son incontables, pero parece no importarles. ¿En verdad requerimos y merecemos mantener con nuestros impuestos anualmente a 900 normalistas entrenados en toda suerte de abominables tácticas de presión social al frente de la educación de nuestros hijos? Por ello, toda reunión de un gobernante debería de ser de contenido público. Así podrían enterarse de las diferentes facetas que muestran los líderes de los movimientos, y si los gobiernos muestran la falta de empatía hacia el sindicalismo y normalismo.

Desde esta perspectiva, en el título difundido del Acuerdo por el Rescate de la Educación Michoacana por parte de la SEE, la palabra “rescate” cobra total sentido, ya que en la agenda hoy aparece como prioridad que hay que negociar y dialogar con los secuestradores para fijar un monto y recuperar el bien preciado que es la educación pública. Esperemos resultados pronto sin efectos colaterales y que los normalistas de vocación, los estudiantes que sí valoran la oportunidad de estar siendo subsidiados con recursos públicos, se deslinden de este tipo de atropellos y se dediquen a estudiar para poder ejercer su vocación ante los hijos del pueblo. Esperamos también, un radical cambio de actitud de los líderes sindicales michoacanos, que equilibre con conciencia plena sus pliegos petitorios con los derechos humanos de los michoacanos.

Comentarios: erik.aviles@gmail.com, Twitter: @erik_aviles