Juegos peligrosos... Por Julio Santoyo #Michoacan

Por Julio Santoyo Guerrero

Hoy lunes la legislatura local decide sobre quién se hará cargo del gobierno de Michoacán para los próximos 90 días. Bien podría ocurrir que decidan sobre la persona que se haga cargo de la gubernatura para lo que falta de este breve periodo constitucional. Lo harán en un ambiente tenso marcado por eventos que han puesto en cuestión la gobernabilidad de la entidad y que el viernes de la semana pasada fueron promovidos desde diferentes centros de interés para hacer sentir la fuerza de quienes han estado atrás de tales acciones.

No es casual que una vez conocida y confirmada la solicitud del gobernador Fausto Vallejo para ausentarse del mandato por razones de salud se hayan precipitado, enagenda sospechosamente concurrente, grupos y acciones que colocaron a Michoacán en condición de incertidumbre, paralizando la vida económica y pública en 22 municipios, entre ellos la capital del estado y las ciudades más importantes.

Quienes lo hicieron evidentemente trataron de demostrar que la gobernabilidad puede depender de ellos, que ellos son los señores de la guerra y la paz pública de Michoacán, que por tanto tienen que ser considerados en opinión y decisión para el futuro inmediato y mediato de la entidad.

Desafortunadamente durante la crisis que presenciamos todos el viernes 19 de abril el gobierno de Michoacán estuvo ausente. Los estrategas del rumor no tuvieron, oportuna y eficazmente, la respuesta adecuada que los atajara. La autoridad calló ante la ciudadanía, no le dijo qué estaba pasando, no le instruyó para que siguiera su vida normal, no desmintió los rumores. Le dejó el terreno despejado a los desestabilizadores.

Sabiendo el gobierno de Michoacán, y el partido que gobierna, de los riesgos que se enfrentan en una coyuntura como la presente ante la falta de gobernador, sorprende que no hayan tomado las previsiones. Sorprende porque el costo político de lo ocurrido el viernes se carga, en términos de confianza electoral, a la fuerza política que está gobernando. Eso no les ayuda en nada. Evidenciarse ante la ciudadanía como un partido incapaz para mantener la gobernabilidad no es el camino para refrendar la fuerza que necesitan para seguir gobernando a la entidad.

Peor aún si parte de lo ocurrido el viernes tuvo que ver con los actores priistas que protagonizan, como se sabe, la discrepancia interna por quien debe ocupar el interinato. Es un contrasentido o una estrategia muy ruin generar ingobernabilidad para negociar, sobre el chantaje del caos, el nombre de quien debe ocupar tal responsabilidad. Semejantes métodos, propios de una época predemocrática, que pensábamos en vías de extinción en México y en Michoacán, no contribuyen a la fortaleza de las instituciones, no generan confianza ciudadana y restan legitimidad política a quienes de esa manera pueden “vencer” y hacerse del gobierno por esas vías.

Un gobierno de tres años y siete meses no tiene la virtud de la fortaleza, da poco tiempo para actuar. Apenas inicia y ya está entrando en tiempos de la sucesión. Pero dos gobernadores para un período de tres años y siete meses es el colmo. Y que ocurra en una entidad donde las instituciones tienen la condición de la debilidad es francamente el peor de los escenarios en materia de gobernabilidad.

Que el priismo michoacano no esté tomando en cuenta este desventajoso y peligroso escenario indicaría que realmente no están de regreso, si por regreso se entiende habilidad y oficio político para gobernar y no simplemente estar en el gobierno. La decisión que hoy tome el Congreso local entregará el gobierno a quien proponga el priismo, que es la fuerza política ganadora en la elección de noviembre del 2011. La propuesta representará la calidad política del priismo, en términos de proyecto de gobernabilidad y de previsión futura. Si la propuesta que estén haciendo de interino no viene a fortalecer las instituciones, a dar certidumbre y rumbo a los asuntos públicos, querrá decir que los priistas hicieron un juego peligroso que terminará poniendo en peligro su gobierno y su futuro en el gobierno de Michoacán.