Segundo aire o paralisis en Michoacan

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Julio Santoyo Guerrero

Cuando la mayor parte del círculo rojo michoacano daba por cierto que Jesús Reyna se haría cago en definitiva del gobierno de Michoacán hasta la conclusión del presente período en septiembre de 2015 y también la mayoría de los medios apostaban diariamente al interinato permanente, dando por descontado que Fausto Vallejo tuviera la salud física y política para retornar, finalmente y reivindicando aquel clásico aforismo de la política mexicana de que en política nadie está completamente muerto, tampoco completamente vivo, ocurrió la menor de las probabilidades: Fausto Vallejo regresó al gobierno de Michoacán.

La pugna interpriista por el solio de Ocampo, que desde antes de la toma de posesión del actual gobierno en febrero de 2012, había pasado de encubiertos puntapiés bajo la mesa por el control del gabinete hasta abiertos desafíos e indisciplinas durante los primeros meses de gobierno, se convirtió durante el interinato en abierta y pública conspiración para “matar” políticamente a Vallejo Figueroa para que el grupo de Jesús Reyna – Ausencio Chávez, se quedara con el control completo del gobierno de Michoacán.

Pugna que ha puesto en evidencia la profunda división del priismo michoacano y su incapacidad para, al menos, gobernar sobre el propio priismo. Una pugna que ha paralizado la acción gubernamental con todas las malas consecuencias que todos podemos ver en materia de gobernabilidad y en la aplicación de políticas eficaces en áreas críticas como seguridad, educación, empleo, transparencia, y deuda pública. Una pugna que ha presentado a la actual administración como vulnerable a cualquier intento de desestabilización como la ocurrida este fin de semana.

No hay en los últimos 30 años un antecedente de parálisis gubernamental generada por la discordia de los propios integrantes del partido ganador de una gubernatura michoacana. Los hay, eso sí, derivados de conflictos poselectorales entre partidos en los aciagos años de la transición democrática mexicana, entre 1988 y 1995. Pero fueron de una naturaleza distinta que terminaron empujando a la construcción de un nuevo consenso sobre reglas de competencia política más claras y competitivas. Se daba por sentado que los partidos habían logrado desarrollar, no obstante la profusión de corrientes en algunos de ellos, los mecanismos de consenso interno suficientes para zanjar sus discrepancias y evitar que las mismas se trasladaran como conflictos para el ejercicio del gobierno. El caso del PRI nos hace ver que al menos en su interior esos mecanismos no se desarrollaron y sus desavenencias fueron trasladadas completitas a la arena del ejercicio del gobierno.

Los grupos priistas en conflicto han cometido un error que terminarán pagándolo muy caro. Su accionar ha estado impregnado de miopía y de inmediatismo; no han previsto que su batalla interna por la gubernatura los derrota para el futuro. Su batalla interna ha tenido como consecuencia el descuido del gobierno y el descuido de las demandas ciudadanas. Al ciudadano le importa un cacahuate el proyecto personal de Reyna – Ausencio, o el de Vallejo, le interesa en cambio que a quien eligió éste le dé resultados concretos, visibles, disfrutables, porque el ciudadano eligió un poder público, un poder para el bien de todos.

El segundo aire del gobierno de Fausto Vallejo, sin embargo, nace con poco aire. Lo sembrado hasta el cansancio por la propaganda reynista durante los 7 meses de interinato acerca de la incapacidad física y mental del gobernador realmente elegido, ha quedado en la conciencia de los michoacanos como una duda que no alienta el optimismo. Si a ello se agrega la profundización de la ruptura Reyna – Vallejo que generará mayores enconos por controlar ahora la candidatura para la elección del 2015, podríamos tener un panorama ensombrecedor marcado por la parálisis del gobierno de Michoacán. No olvidemos que Fausto Vallejo es literalmente un solitario en su propio gobierno, que la abrumadora mayoría de su gabinete es reynista y la mayoría de diputados en el Congreso es también una mayoría reynista.

No le queda a Fausto Vallejo de otra, tiene que rehacer todas sus alianzas, y entre ellas a una le debe dar prioridad si quiere hacer un trabajo dignificante: la alianza con la sociedad michoacana. Es el mejor camino para evitar la parálisis de su gobierno y la derrota general de su administración.
Segundo aire o paralisis en Michoacan Segundo aire o paralisis en Michoacan Reviewed by .Radiar Noticias Mx on 11:03 p.m. Rating: 5

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