Universidad de Sao Paulo vs UMSNH

En mi opinión…

Por: Luis Patiño Pozas

En la gigantesca Universidad Pública de Sao Paulo en Brasil, con una matricula de 31 mil estudiantes, sólo logran pasar el examen de ingreso el 5 por ciento de los aspirantes. ¡Elitistas! exclamaran algunas corrientes trasnochadas. Pero la explicación, no es simplista.

La Universidad Brasileña a la que hacemos referencia, pertenece al sistema de Universidades Estatales y por lo tanto la educación es totalmente gratuita, la única diferencia es que son mucho más exigentes al momento de admitir a sus estudiantes.

Los exámenes de ingreso, presentan mayor nivel de dificultad que los de la mayoría de las Universidades privadas de Brasil. Precisamente a eso, se debe que sólo el 25 por ciento de los estudiantes brasileños están en la Universidad pública y el 75 por ciento en las privadas.

En Brasil, dígase lo que se diga, las Universidades más prestigiosas se encuentran en las públicas.

A pesar de la existencia de las favelas (enormes concentraciones de miseria) el gobierno de centro izquierda que lleva las riendas en Brasil, ha logrado, según los principales medidores internacionales una gran superioridad con respecto a otros países latinoamericanos en ciencia y tecnología.

Lo anterior, gracias a que cuentan con centros de excelencia en educación superior que generan 30 mil maestrías y más de 10 mil doctorados por año. La mayor cantidad en Latinoamérica.

Algunos especialistas, vaticinan que pronto, Brasil podrá convertirse en la cuarta o quinta economía del mundo, ya lideran la generación de bio combustibles y ocupan el tercer lugar mundial en la industria aeronáutica, con ingenieros formados en sus propias universidades.

Los orgullosos priistas, que hoy se preparan para regresar a los Pinos, deberían indagar un poco, en este modelo para encontrar alternativas a la crisis que vive la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

La ilegítima mezcla de intereses de grupo e individuales, erosiona aceleradamente los avances académicos de la máxima casa de estudios.

La percepción de que los índices de corrupción se han elevado en el mandato de Salvador Jara, es una variable que los directivos universitarios deben cuidar, para contar con autoridad moral, ante los diversos grupos que pretenden sacar algún provecho particular.

Alcanzar un pacto o un acuerdo, para evitar que de cualquier partido o de cualquier oficina de gobierno, se llame a diversos funcionarios de la Universidad Michoacana, para “recomendar” a algún conocido o pero aún a un familiar.

El SPUM, también debe alejar, la sospecha de prestarse a “ayudar” a cualquier estudiante rechazado y en su lugar poner en primer plano, la excelencia académica como mejor argumento.

Por otro lado y contrario a lo sugerido por un brillante diputado local, negociar, dialogar, argumentar, persuadir. En la máxima casa del pensamiento universal, lo que menos debe existir es la intolerancia, pariente cercana al autoritarismo. Las salidas construidas entre todos los participantes, son las únicas viables a mediano plazo.

Así, recordarles a los nicolaitas hoy en conflicto: “Lo que importa en el siglo XXI es exportar conocimiento, inteligencia. Eso es lo que cuenta definitivamente” (Lula, 18 de septiembre de 2009)